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Salir del nido
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Salir del nido

Salir del nido

Varias veces durante mi carrera corporativa “coquetié” con la vida entrepreneur. Con 40 años cumplidos, la idea se hizo realidad: ya afuera del gran paraguas que me respaldaba, sentí  la libertad de decidir el rumbo de mi propio negocio. Al poco tiempo estaba embarazada de mi primer hijo y descubrí, entre otras tantas cosas profundas, emotivas e inexplicables que él, al nacer, también se había convertido en un emprendedor.

Así como los bebés durante 9 meses viven en el ámbito de mayor confort y cuidado, provistos de calor, alimento y el latido de su madre que les asegura que todo está bien, como empleados podemos trabajar en un entorno garantizado previsible: tenemos un lugar donde hacer base, un sueldo que percibimos en forma programada, horarios formales y la mirada de un jefe que, en el mejor de los casos, nos guía en nuestro rumbo laboral. Salir del cálido y acogedor nido es una experiencia movilizante tanto para un niño recién nacido como para un ejecutivo, cualquiera sea su rango.

El contraste entre la actividad en relación de dependencia y la de cuentapropista comienza a marcarse a lo largo de los meses. No hay más secretaria que arme la agenda y realice llamados, se empieza a extrañar el company car , Junio y Diciembre pasan a ser meses normales del calendario al no percibir aguinaldo, no contamos con Bonus de Fin de año y, si queremos café, nos lo hacemos en la cocina de casa, o lo tomamos desmedidamente en confiterías convertidas en oficinas de paso o ruidosas salas de reuniones.

¡Cómo llora ese bebé que extraña la panza de su madre y ahora lo ponen en una cunita abierta, cochecito o huevito para auto! De la misma forma, el emprendedor añora en cierto momento su escritorio, la tarjeta magnética para ingresar a la oficina y hasta el servicio de mesa de Ayuda que le resolvía los desperfectos de su computadora. “El que no llora no mama…” decía Discépolo en su Cambalache. ¿Y cómo no hacerlo si el emprendedor debe comer igual que antes, lejos de su antiguo ámbito, pero ahora con un horizonte desconocido?

Fuera del nido, pareciera que la “chapa” que tiene la tarjeta personal con nombre de empresa, se desvanece cuando presentamos otra que no tiene aún logotipo, a pesar de que los conocimientos, experiencia, trayectoria y títulos académicos permanezcan intactos. Antes, en cualquier presentación de negocios, a nuestro nombre y apellido le seguía un “de xxxx”, es decir que el cargo y la corporación hacían las veces de cordón umbilical que nos daba todo lo necesario para subsistir. En la vida independiente, muchas veces debemos recurrir a  estos datos que ya no están en la tarjeta, pero validan nuestras aptitudes antes los otros y, sobre todo, nos las recuerdan a nosotros mismos. ¡Por suerte existe Linkedin que nos acorta la tarea!

Hemos deseado tanto ser libres para no tener que depender de nuestro jefe y ahora no sabemos qué hacer con tanta independencia que hasta extrañamos la palmada en el hombro y el reconocimiento de alguien que ratifique nuestro andar. No hay más evaluación de desempeño; ahora son nuestros clientes directos  los que califican el servicio o producto que les damos con la más poderosa de las notas: seguir contratándonos.

Ser entrepreneur es un desafío para valientes. Esto no significa que no lo sean los que trabajan en relación de dependencia con condiciones a veces adversas y contextos difíciles. Pero la vida empresaria argentina esta edificada sobre mucha gente que tuvo la osadía de emanciparse y crear nuevas ideas que dieron lugar a empresas que hoy dan trabajo a muchas otras familias.

Admiro a mi hijo/emprendedor que salió a la vida tan indefenso y vulnerable sin saber que le deparaba el destino. Va en estas líneas mi más profunda admiración a quienes todos los días se levantan sin saber que ocurrirá con su negocio; a los que asumen el riesgo de poder decidir, emprender, invertir y marcar un rumbo diferente, y también a todos los que, desde el nido de la corporación, asumen un rol emprendedor e innovador en su tarea, tomando su función colaborativa como un pequeño emprendimiento a llevar adelante.

Photo via VisualHunt
Acerca de la autora: Amorina Gil es gerente de innovación en Gire. Anteriormente, fue gerente de Prosegur, una de las compañías de seguridad más grandes de Argentina. Su emprendimiento es Musiquita del Alma, canciones argentinas para crecer soñando, seleccionado de interés cultural en el Programa de Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.