
03 Ene El ejemplo de quien predica
Post invitado por Patricio Molina de RealTrends.
El apodo, algo raro para los tiempos que corren, se lo ganó por su gran habilidad para recitar versos bíblicos en la iglesia, y es por eso que en su pueblito todos la conocían desde muy chica como «la predicadora». Vivía en la zona más rural y alejada de este poblado de casi siete mil habitantes, en un hogar tan pobre que su abuela le hacía vestiditos con tela de arpillera que conseguía desarmando bolsas de papas.
Fue la primera hija de una madre soltera y adolescente que trabajaba más de lo deseable como empleada doméstica. Tuvo dos hermanas y un hermano, de las cuales una fue dada en adopción después de nacer, otra murió de sobredosis y el último murió de VIH/SIDA.
A los nueve años comenzaron los abusos. Primero fue un primo, luego un tío y finalmente «un amigo de la familia». Sufrió muchos años en silencio, entre lágrimas y nudos en la garganta, hasta que pudo juntar el coraje necesario para denunciar las violaciones. Como suele pasar muchas veces, nadie le creyó.
A los trece se fue de casa escapando de los abusos. A los catorce quedó embarazada y dio a luz un hijo prematuro que murió poco después del parto. Volvió a su casa materna mordiéndose los labios de bronca y dolor.
Claramente, estos párrafos no describen una de esas historias pintorescas de niñez pobre pero feliz.
Sin embargo, esta niña predicadora fue semilla de una mujer fuerte como pocas, superando este cóctel de sórdidas adversidades con esfuerzo y pasión emprendedora. Terminó el primario y el secundario, consiguió trabajo como cajera en un super, fue a la facultad y de ahí en más no paró.
Hoy es multi-billonaria (2900 millones de dólares de net worth en 2015 según Forbes), tiene dos doctorados honoris causa de Duke y Harvard respectivamente y recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, máxima condecoración civil otorgada por el Presidente de los Estados Unidos. Hablamos nada más y nada menos que de Oprah Winfrey.
Las convoco a reflexionar sobre lo privilegiadas que somos aquellas personas que no sufrimos ni una pequeña fracción de sus desgracias y necesidades. Y no me refiero al hecho de tener conexión a Internet o un smartphone para mandarnos fotos por WhatsApp: hablo de tener agua caliente, un plato de comida en la mesa, o que nuestros monstruos hayan sido solamente los que habitaban debajo de la cama cuando nos íbamos a dormir.
Emprender es difícil, y emprender siendo mujer lo es todavía más, por muchísimas razones que ustedes ya conocen y que no es necesario que se las explique un hombre. Cuando se encuentren frente a una dificultad por ser mujeres emprendedoras, piensen en lo que tuvo que remar esta predicadora para alcanzar sus sueños.
Biografía del autor: «Patricio Molina es CTO de RealTrends.«